martes, 4 de febrero de 2014

EL HILO ROJO DEL DESTINO

¿Nuestra vida está trazada desde que nacemos?,  ¿conocemos por casualidad a todas las personas que llegan a nuestra vida o es que ya estábamos predestinados a conocerlas?, Sé que no tiene lógica. Pero por un momento no está mal pensar en que todo lo que vivimos tiene una razón de ser y que esta va más allá de nuestra comprensión, que las personas con las que nos topamos no son solo una coincidencia más si no que ellas llegan a nuestras vidas porque así estaba escrito en las líneas del tiempo. 

Es así que estaba buscando una justificación para esos   amores imposibles cuando de repente encontré esta interesante leyenda anónima de origen japonés, que cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un hilo rojo, que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso.
El texto literal viene a decir: Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.
Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que un  anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.

A lo mejor eso explicaría de manera mística y muy mitológica el que nos encontremos con  personas que llegan  sin esperarlas y de que a pesar de que sean planetas opuestos y almas desiguales, hay sentimientos de amor que los unen más allá de la comprensión lógica, a lo mejor son las mitades complementarias que tuvimos en otras vidas y nuestra esencia se fundió en algún momento con ellos y que en esta vida nacimos unidas a la vida de esos seres con pequeños hilitos rojos que nos mantienen atados invisiblemente a esas almas en algún momento de nuestro largo caminar, y que sabemos de antemano que estamos destinados a no ser pero existe una conexión inexplicables, una conexión tan fuerte  que las fuerzas de la química escapan a la razón. 

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